El valor de las cosas no esta en el tiempo que duran, sino con la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables
































martes, 24 de septiembre de 2013

En estos instantes, me siento desolada porque se me ahoga el alma con ésta soledad acompañada… Jamás pensé que esto me impediría demostrar tantas cosas que tengo dentro de mí, tantas palabras que anhelan ser pronunciadas… A veces nos preguntamos: ¿Por qué éste amor me hace daño?... Y, la respuesta está ahí dentro de mí, sólo que no deseo pronunciarlas… ¿Qué puede matar al amor?... La respuesta es simple…la rutina…

 Esta noche ha vuelto la lluvia sobre los cafetales.
Sobre las hojas de plátano,
sobre las altas ramas de los cámbulos,
ha vuelto a llover esta noche un agua persistente y vastísima
que crece las acequias y comienza a henchir los ríos
que gimen con su nocturna carga de lodos vegetales.
La lluvia sobre el zinc de los tejados
canta su presencia y me aleja del sueño
hasta dejarme en un crecer de las aguas sin sosiego,
en la noche fresquísima que chorrea
por entre la bóveda de los cafetos
y escurre por el enfermo tronco de los balsos gigantes.
Ahora, de repente, en mitad de la noche
ha regresado la lluvia sobre los cafetales
y entre el vocerío vegetal de las aguas
me llega la intacta materia de otros días
salvada del ajeno trabajo de los años.

Álvaro Mutis


Y después de tanto tiempo,
 nos volvimos a ver.
 Ya no éramos
 los mismos;
 éramos dos
 extraños
 con algo
 en común:
 un recuerdo;
 una remembranza
 que aún respira,
 que aún vaga
 como un fantasma
 entre los escombros
 de anhelos sumergidos.
 Y nos volvimos a ver,
 después de tanto tiempo,
 quizás para saber,
 que tuvimos nuestro momento,
 un momento para el recuerdo.


Rourke Boada
Más de una vez me siento expulsado y con ganas
 de volver al exilio que me expulsa
 y entonces me parece que ya no pertenezco
 a ningún sitio, a nadie.
 ¿Será en indicio de que nunca más
 podré no ser un exiliado?
 ¿Qué aquí o allá o en cualquier parte
 siempre habrá alguien que vigile y piense,
 éste a qué viene?
 Y vengo sin embargo tal vez a compartir cansancio y vértigo
 desamparo y querencia
 también a recibir mi cuota de rencores
 mi reflexiva comisión de amor
 en verdad a qué vengo
 no lo sé con certeza


Mario Benedetti